Tal vez podamos convenir en que el auge de la cartografía se ha debido a una necesidad política más que a una necesidad científica. Desde Habermas (1973) aceptamos que todo conocimiento está en función de algún interés. Cómo nombremos ese interés no es poca cosa, pero siempre habrá, acaso, más de una posibilidad. La distinción habermasiana entre interés técnico, práctico y emancipador sigue siendo muy útil y sigue enseñándose en muchas escuelas de investigación. La clasificación que establecen Guba y Lincoln (2012) amplía un poco los planteamientos de Habermas y destaca nuevamente el papel central que ocupan los valores y las opciones políticas en nuestra forma de entender el conocimiento y la investigación.
El gran avance de estos autores con respecto al Círculo de Viena y al racionalismo crítico de Popper (1978) consiste en plantear que el interés que orienta al científico no es solo científico, es también y fundamentalmente político. Desde esta postura se deduce también que todo conocimiento es político no solo porque pueda usarse de tal o cual manera, sino porque el conocimiento mismo responde a un proyecto de sociedad, a una visión de la ciencia, de su uso, de su lugar en la comprensión de nuestra realidad. La ciencia, el conocimiento, la investigación conllevan un proyecto, una forma de entender el mundo, una forma de proponerlo, una forma de modelarlo.
Desde el punto de vista político muchas cosas han ocurrido en las ciencias sociales en los últimos treinta años. Una de ellas, y tal vez una de las más pedagogía y territorio importantes, es que se ha ido tomando conciencia del carácter etnocéntrico de sus investigaciones, de sus producciones de mundo. Como consecuencia de ello muchos científicos y científicas sociales se han propuesto visibilizar otras narrativas, otras formas de ver las cosas y la realidad. Una explosión de relatos locales, micronarrativas, ha hecho su aparición en distintas disciplinas y en los modos no disciplinares (Gibbons et al., 1994) de investigación social. A este fenómeno ha contribuido mucho la cartografía social.