¿Qué mueve a las sociedades democráticas a alejarse de los principios e instituciones que las fundamentan? ¿No es acaso la democracia el destino de Occidente? Mauro Barberis nos advierte cómo la democracia —aquella liberal, constitucional y pluralista— se ve amenazada por aquel virus latente en su estructura: el populismo, materializado en Internet, el medio perfecto para la proliferación e impacto de los discursos disruptivos que ponen en riesgo los derechos fundamentales y las instituciones que los tutelan. Así, Internet, la herramienta tecnológica que una vez fue el medio globalizador para conectar a la humanidad, hoy se convierte en el recurso predilecto de los populistas para la captura del poder político. Es deber de la ciudadanía civil la defensa y promoción de la democracia.