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El corsario : Biblioteca de Grandes Escritores

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Lugar: Una isla griega en el Egeo, y la ciudad turca de Corona.

Época: principios del siglo XIX.

En la isla que les sirve de refugio, los corsarios celebran el placer que les aporta una vida libre y desenfrenada aunque llena de peligros. Corrado, que se ha hecho corsario por la mala relación que mantiene con sus semejantes, se siente encadenado a un destino sombrío y le está vedado el regreso a una vida feliz y respetable. En medio del entusiasmo de todos sus hombres, Corrado expone sus intenciones de enfrentarse a todos los musulmanes. En sus aposentos, Medora se reúne con su amante Corrado a quien desearía retener pues ha tenido funestos presentimientos. pero Corrado sigue firme en su decisión de hacer frente a los turcos y se aleja de ella, pese a la tristeza que supone la separación.

En el harén de Seid, en la ciudad de Corone, las odaliscas adornan y festejan a Gulnara, la favorita del Bajá. Ella recuerda su patria con nostalgia. Un eunuco interrumpe la conversación para invitar a Gulnara a una fiesta que va a dar Seid con motivo de la próxima victoria sobre los corsarios que están asediando la ciudad. En el puerto de Corone, Seid con su oficial Selimo, agradece a Alá su protección. Mientras se prepara la defensa, Corrado se presenta ante Seid disfrazado de derviche, distrayendo así la atención de los musulmanes, momento que los compañeros corsarios aprovechan para quemar sus naves y asaltar el serrallo. Corrado, ya sin disfraz, encabeza el ataque de sus hombres y acude en ayuda de las mujeres atemorizadas, salvando a Gulnara de morir entre las llamas. Pero Seid y los suyos se han recuperado del sorpresivo asalto y detienen a Corrado. Gulnara queda impresionada por el aspecto y el arrojo del jefe de los corsarios e intercede por su vida. Pero Seid ordena que sea ejecutado.

Seid está celoso por la pasión que Corrado ha despertado en su esclava favorita Gulnara y esto le hace reafirmarse aún más en que el prisionero debe ser ejecutado.