Este libro sostiene que la manera como nuestro sentido común concibe la realidad nos impide formular adecuadamente los problemas y desafíos que hoy encaramos y generar la capacidad necesaria para resolverlos. Esto se expresa en cuatro dominios diferentes. Primero, en la profunda crisis ecológica que compromete nuestra subsistencia. Segundo, en los desafíos inherentes a nuestra convivencia con los demás, de manera que nos sea posible mantener el orden social necesario para conducir nuestra existencia. Tercero, en los problemas que se suscitan en nuestras relaciones personales, donde encontramos dificultades para preservarlas, corregirlas y transformarlas. Por último, en la declinación de nuestro sentido de vida, indispensable para mantenernos vivos, debido a la aceleración del cambio que hoy caracteriza a nuestra época. Todos actuamos a partir de una concepción subyacente sobre el carácter de la realidad, concepción que, siguiendo la filosofía de Heidegger, llamamos "ontología". No vemos las cosas como son sino según cómo somos nosotros. Por lo tanto, es indispensable examinar las coordenadas genéricas de la existencia humana. Esto es lo que acomete la filosofía de Heidegger. Ello conduce a un giro fundamental de nuestra mirada, pues implica que, antes de dirigirla al mundo exterior, resulta necesario volcarla primero sobre nosotros mismos. Luego, sabiendo cómo somos, entender nuestra manera de comprender el conjunto de la realidad. ¿Cómo ganar entonces la capacidad para encarar eficazmente los problemas que enfrentamos? Esta pregunta nos conduce a la propuesta central de El giro de la mirada. Sostenemos que las dificultades que hoy encaramos apuntan a lo que hemos denominado "obsolescencia ontológica". En otras palabras, sostenemos que nuestro sentido común está cautivo en una determinada concepción sobre el carácter de la realidad, que no se adecua al carácter que hoy en día esa misma realidad exhibe. Estamos atrapados en una ontología que estamos obligados a sustituir por otra radicalmente diferente.