Para quien recién se acerque a la fe cristiana, Jesús, injustamente
condenado y cruelmente crucificado, resulta ser todo un enigma, a
pesar de que los ya cristianos lo consideren el salvador de la humanidad
y quien da sentido a toda la historia. Es demasiado grande la contradicción
entre el tormento de un hombre crucificado y la convicción de
que él pueda ser el mesías esperado por Israel y por el fuero interno de
cada persona. Y, sin embargo, aquí reside el núcleo del cristianismo.
Este libro de Severino Dianich es el estudio de un teólogo de oficio que
aborda un tema crucial que, no obstante, fluye libremente, desligado
de la dureza del lenguaje especializado y del pesado aparato erudito que
normalmente acompaña a las obras de este tipo.