La obra de José Libardo Porras está precedida por el tesón y la claridad. Nunca dudó en dedicar su vida a la escritura dejando de lado prebendas y oportunidades. El lugar que ocupa en la literatura nacional, y por ende en la antioqueña, es merecido sin cuestionamientos. En El ruido de los jóvenes el protagonista es San Bernardo, un barrio de Medellín poblado en su mayoría por emigrantes del campo. Cada relato cuenta de alguno de sus habitantes, de sus logros, de sus tragedias. De esta forma se va crean-do un entramado que plasma al barrio entero como un organismo en el que cada uno de sus miembros interactúa con los otros y al mismo tiempo tiene su propia manera de ser y de estar en el mundo. Y es, además, la historia del narrador; es él quien evoca, sopesa, contempla, aprende y crece. El niño asombrado se convierte en adulto mientras los límites de su mundo se amplían y la ciudad se transforma junto con él y con sus compañeros de infancia. - Emma Lucía Ardila J.