En nuestro mundo global de comienzos del siglo XXI, es conveniente acudir al pasado para discernir si los problemas del presente son tan nuevos como se piensa y si las propuestas de cambio ofrecidas son tan originales. Cuando los historiadores leemos los textos de comienzos del siglo XIX y los comparamos con la prensa actual, a veces nos surgen dudas acerca de qué es lo antiguo y qué lo nuevo. En aquella época se discutió a fondo y con rigor qué tipo de estructura fiscal se precisaba para sostener Estados fuertes, qué tipo de sociedades había que crear para alcanzar la modernidad liberal y qué relaciones internacionales se debían impulsar en el contexto de los nuevos Estados-nación emergentes. Se partía de la convicción de que las nuevas sociedades en formación eran piezas integrantes del rompecabezas formado por el complejo mundo occidental atlántico. Se compartían unos principios liberales políticos básicos y había un acuerdo sobre las metas de la modernidad a las que se aspiraba. A comienzos del siglo xxi, los enfoques posmodernos y poscoloniales han demostrado el esquematismo de algunos de aquellos planteamientos, pero también la validez actual de otros. Al estilo de los viajeros románticos de antaño, deberíamos dejarnos asombrar por las diferencias del otro para descubrir qué hay de propio y de ajeno, de nuevo y de viejo, en un nosotros que es y ha sido siempre plural. El presente volumen reúne una selección de trabajos realizados por los miembros que conforman el equipo de investigación del proyecto "El pensamiento liberal atlántico, 1770-1880. Fiscalidad, recursos naturales, integración social y política exterior desde una perspectiva comparada" (Ref. HAR2010-18363, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España). Todos los capítulos reflexionan, desde diferentes perspectivas, sobre lo viejo y lo nuevo del proyecto liberal atlántico.