Este texto nació como tesis doctoral en Arts et média, en la Universidad de París iii, pero desde que me senté a escribir la primera palabra de la tesis pensé que quería transformar esos archivos y cuadernos en un libro, con apuntes, fichas, citas e imágenes. Es decir, desde siempre quise compartir mis reflexiones y mis logros con un público cinéfilo más amplio, menos académico y, por supuesto, más neutral que el consabido jurado y público de amigos. El proceso ha sido naturalmente largo, vivido entre dos lenguas amadas (el francés y el español) que, sin embargo, no son mi lengua materna, pero también vivido y luchado entre calendarios académicos y retazos de tiempo. No es cosa fácil, como muchos saben. Por eso mismo, antes de entrar en materia, quiero agradecer a quienes contribuyeron a que una idea insólita se transformara en tesis doctoral y ahora en libro. En primer lugar, a la Universidad de los Andes, al entonces Departamento de Lenguajes y Estudios Socioculturales y a la Vicedecanatura de la Facultad de Ciencias Sociales por haberme permitido realizar un doctorado y por el apoyo que me han brindado en estos años.
En una fase más reciente ha sido fundamental la colaboración que la Facultad de Artes y su decana, Patricia Zalamea, me prestaron para que este texto pudiera publicarse entre dos facultades y hacer así evidente su profundo carácter interdisciplinar. Pero en especial y sobre todo quiero agradecer a mon cher professeur Jacques Aumont, director de mi tesis, no solamente por su saber y su guía, sino por apostar conmigo, desde un primero y lejano correo, a este viaje visual por los objetos cinematográficos. Agradezco, además, a mis amados Pablo y Camilo, siempre presentes y siempre incondicionales en su apoyo, como dos lares protectores. También, de forma muy especial, a Camila Rodas, quien me ha acompañado en la construcción y lectura del manuscrito, por el entusiasmo que logró contagiarme hasta en los momentos más difíciles. También a Álvaro Pineda por haber realizado una primera traducción departes del texto original. Finalmente, quiero mencionar a Luis Ospina, quien me facilitó los tres fotogramas de la carátula. Entre tantos objetos del cine, estos son, sin duda, de los más especiales.
En cuanto a las ilustraciones —tanto las imágenes como los dibujos que acompañan el texto— solo sirven como apuntes para que algunas citas del texto se vuelvan más concretas.