En las semanas previas a las fiestas de Samaín en Vilapontes se celebró el enlace de Sofía y Pablo. Nada hacía presagiar lo que ocurriría unas horas más tarde.
Al amanecer, en la playa, aparecieron los cadáveres del hermano de Pablo y de una amiga, brutalmente descuartizados. Junto a ellos se encontró una barca en la arena, donde se escribió con sangre la palabra Samaín.
La vida tranquila de los habitantes de Vilapontes se truncó aquella misma madrugada. A partir de ese día se fueron sucediendo más asesinatos, que no solo aterrorizaron a toda la ciudad, sino que desconcertaron a toda la policía que trabajó en los casos.
La leyenda del Samaín parecía que había llegado para quedarse…