"…La fábrica era grande y caĂłtica; ocupaba toda la manzana con galpones, piletas, reactores, chimeneas, hierros, chapas, cemento, caños, tierra, agua, bolsas, chatarra, plantas, flores y hasta un banano que a veces daba una gran flor magenta que se transformaba en un Ăşnico y codiciado cacho de bananas dulcĂsimas. Un laberinto de vapores ácidos en el que circulaba a tientas un centenar de hombres rojos y amarillos para producir, sin parar jamás, y de una manera que siempre habĂa que volver a inventar, un polvo muy fino y muy sucio hecho para cambiar el color de las cosas…"
Esta es la historia de Duna y de JosĂ©, amigos del camino de todos los dĂas. TambiĂ©n es la historia del Chileno y de Roberto, del Doctor y su gente, y de muchos más que fueron y vinieron toda la vida por un paĂs en el que no habĂa autopistas. Es tambiĂ©n la historia de una fábrica perdida en un acertijo de colores y de un mundo que ya no está, donde los inviernos eran más frĂos y los campos, antes de llegar al mar, se volvĂan de arena.
HabĂa una vez, hace mucho, mucho tiempo, en un paĂs muy pero muy lejano, más allá de Berazategui.