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Crema volteada

e-bok


Cuando el lenguaje colapsa, el mundo se desarticula. Estallido Social y Pandemia son dos expresiones que no logran decir lo que ocurre. Quedan cortas y largas, al mismo tiempo. Mudas de impotencia ante la desconfiguraciĂłn de la existencia compartida que trajeron. Pan demos solo habla de algo que corresponde a todos. Pero no da lo mismo entre una enfermedad viral trasmitida por agentes patĂłgenos humanos que no humanos, a travĂ©s de la respiraciĂłn o por otro tipo de contacto corporal, en una sociedad intercomunicada digitalmente o no, y asĂ­. Una sociedad que sabe hacer vacunas. Una que tiene sistemas y redes de vacunaciĂłn... Y estallido social no es mĂĄs que un sinĂłnimo oscuro de explosiĂłn colectiva, detonaciĂłn general, reventĂłn comunitario, y asĂ­. Por eso lo llaman tambiĂ©n el despertar de Chile, insurrecciĂłn popular, la fiesta de la democracia... Desde fines de 2019 vivimos en tiempos abundantes en palabras colapsadas. Cuando muchas dejan de poder usarse significativamente como era usual. Hace veintiĂșn meses, para ser exacto, que me arriesguĂ© a escribir para LAMIRADASEMANAL.-CL Me invitaron, aceptĂ©. No sĂ© bien por quĂ©; quizĂĄ lo que menos interesa.

Algo de fondo volteĂł y quedĂł viscoso en el mundo. No habrĂ­a sabido interpretarlo en tĂ©rminos polĂ­ticos. Hace algĂșn tiempo que no tengo compromisos ni responsabilidades polĂ­ticas. Menos mal que lamiradasemanal.cl no me pidiĂł opiniones polĂ­ticas.

No me hizo demandas, me dejĂł en libertad. Pude aceptar. Aprovecho a reconocer aquĂ­ que nunca ha dejado de respetar el acuerdo tĂĄcito de plena libertad que tenemos. ProcurĂ© sintonizar con lo nuevo que ocurre. Lo raro, lo subterrĂĄneo, lo porfiado. Lo que siento que nos tironea, nos desasosiega, nos incomoda. TratĂ© de cuidarme de mis opiniones establecidas, de algunos prejuicios queridos, de mis verdades manidas guardadas en el sagrario. Hasta donde pude verlas. ProcurĂ© hablar en primera persona, no pretendiendo originalidad, sino para ayudarme a mĂ­ mismo a detectar mis prejuicios sin examinar escudados en un "nosotros" ocultador o, peor aĂșn, en la tercera persona del dios de la razĂłn, que todo lo sabe y da por evidente.

Salió lo que salió. Por empeño no me quede corto, aunque todo fue demasiado råpido.

Gracias por pescarme,

Mario Valdivia V.