"Los personajes de los relatos de Disfrazado de novia comparten una idea que los salva de las rutinas mundanas y del impiadoso paso del tiempo.
Creen que si sus miedos los definen en el mundo, sus deseos pueden cumplirse en otras dimensiones, en las que lo posible se enrarece y se pliega: la poesĂa, el lenguaje, las fantasĂas privadas, los recuerdos, la muerte.
Hasta allĂ se transportan las criaturas de Carlos Schilling, en busca de un amor no correspondido, del doppelgĂ€nger de una cantante pop de los '80, de una epifanĂa familiar o de una venganza espectral. Y hasta allĂ se transporta el mismo autor, que se arriesga a atravesar el portal de estas dimensiones, viajar en el tiempo y (la mejor parte) volver para contĂĄrnoslo" (Juliana RodrĂguez).