La rebeliĂłn en el JardĂn del EdĂ©n condujo a la CaĂda y la separaciĂłn de Dios. MarcĂł el comienzo de la iseria para la humanidad. Pero Dios sabĂa esto, asĂ
que ordenĂł a JesĂșs, el Eterno Sumo Sacerdote, para orar por nuestra restauraciĂłn. Pero antes de JesĂșs, Dios consagrĂł a hombres piadosos y sacerdotes para ministrarle y orar por Su pueblo en altares en lugares designados. Sin embargo, con el paso del tiempo, algunos de ellos desobedecieron los pactos de Dios. TambiĂ©n engañaron a las personas por las que se suponĂa que debĂan interceder en el Antiguo Testamento. JesĂșs mĂĄs tarde se manifestĂł como el divino Cordero sacrificial que muriĂł en la cruz para expiar el pecado e interceder por nuestra salvaciĂłn y restauraciĂłn. TambiĂ©n instruyĂł a todos sus creyentes, no solo a unos pocos, a pedir su misericordia para la restauraciĂłn de los demĂĄs. Dios empodera a cada creyente con el EspĂritu Santo para Su ministerio en el reino.