Secretos familiares, hipocresía, falsa moral y fanatismo religioso tejen en esta historia, la trama en la que una joven deberá, por sus propios medios, reconstruir su verdadera identidad. Ambientada en los años cincuenta, esta ópera prima de Alejandra Jonte, nos invita –y al mismo tiempo obliga– a viajar en el tiempo para revisar mandatos familiares y reconocer y conservar los que creemos válidos. Ojos de fuego se cuece en los hornos de ladrillos que levantan edificios y memoria. Nada de lo que sucede en esta novela es casual, como nada lo es en la vida de los poderosos que juegan a ser dioses.