Este poemario es un conjunto de luces y sombras, todo lo bueno y lo malo de este juego al que llamamos vida, y al que cada uno tenemos que aprender a jugar por nuestra cuenta.
Tiene sus cosas buenas, son preciosas, pero también las no tan buenas, las que dejan marca; lo importante es qué hacemos con las segundas.
Yo me he rendido muchas veces, un número incontable de ellas, y mi cabeza casi me gana el juego hace poco más de un año, pero he aprendido que la vida es esto, amor y dolor a partes iguales.
Seas más de amarillos y violetas o de grises y azulados, mereces todo el amor que seas capaz de sentir.
Estas letras van para aquellos que saben de negros, los han sentido en su piel, y diferencian que este color no es solo la ausencia de luz; y que para tener blancos es necesario el negro.
Es evolución personal, las fases por las que he pasado cuando solo escuchaba a mi cabeza, pero al final siempre me ha ganado el corazón.