Novela histórica enmarcada en el periodo de las dos guerras por la independencia de la metrópoli española. Cuba, finales del siglo diecinueve. Maximiliano Bastiat, un joven valenciano, viene a la isla como soldado, ávido de poder y gloria. Va a andar unos cuantos caminos para alcanzar su sueño hasta que lo logra, pero el costo es muy alto. "Nadie debe irse dejando el amor atrás", dice uno de los personajes. Cuba lo aplasta, lo deja sin aire. En ocasiones, lo arropa, lo mima, pero él nunca hace completo caso a sus halagos.
Por una ventana muy pequeña mira constantemente a su tierra. No es feliz porque no la olvida: rodeado de amor sigue estando solo. La novela no alienta la emigración pues la Cuba actual es un país desgarrado por este fenómeno. Se van nuestros hijos en busca de un futuro dorado que muchas veces no encuentran. Se van y los pierdes, desaparecen; ya no los tienes. Nos vamos quedando solos. Comenzamos a hablar con uno mismo, recordándolos. La familia rota en mil pedazos porque el supremo suceso es la vida diaria.