El marketing tiene algo único para que muchos caigan rendidos a sus pies, o por lo menos eso es lo que a mí me ha sucedido. A diferencia de otras disciplinas, el marketing posee un elemento que lo hace muy particular y ese detalle es que no tiene pausas o final. Todo es evolución, cambio e innovación constante. No existe un solo día en que los especialistas o profesionales del tema no tengan que estar aprendiendo, descubriendo o probando nuevas formas de hacer marketing para extender aún más las ramificaciones de esta maravillosa disciplina.