Si algo tiene este mundo revoltoso es que, casi a diario, se pone a prueba nuestra paciencia.
Un día son los niños, otro día un cuñao, otro tu pareja, otro la ITV, otro tu madre que no te peinas… Y cuando parece que todo está en calma, ¡BAM!: se le rompe un asa a la bolsa del súper en mitad de la escalera.
Pero, ¿sabéis de qué me he dado cuenta? De que te lo tomas de otra manera si te propones afrontar cada imprevisto/ contratiempo/maldicióngitana/loquesea como una oportunidad de llevarte al extremo para aprender y mejorar. Como cuando haces estiramientos y cada vez levantas la pierna un poquitiiiiiiiiiiiito más. Que es prácticamente imperceptible, pero que tú sabes que está ahí porque te pincha.
Y me he planteado, como propósito que empiezo hoy, porquecomosiempreempiezotarde (con lo que el propósito de «no hacer las cosas tarde» ya se me ha ido a la mierda), a sintetizar al menos UN aprendizaje cada semana para respirar hondo, sentir que llevo las riendas y hacerme ilusiones pensando que, cada vez, estoy un poquito más cerca de la paz mental.
Silvia
10/22/2023
Divierte y ayuda por igual .
leyre
9/26/2022
Ameno, fácil de leer y consejos prácticos
Patricia
8/7/2022
Muy práctico y con gran sentido del humor . Me ha encantado
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