Cees Nooteboom recorre algunos museos buscando capturar en las obras de los grandes pintores aquello que alimenta nuestra alma con formas y colores: la belleza. En este libro el lector tiene el privilegio de intuir, gracias al diĂĄlogo permanente que nuestro especial guĂa mantiene consigo mismo, el enigma que subyace en toda obra artĂstica. Nooteboom no es un historiador del arte ni pretende serlo. Ăl se deja llevar por la imaginaciĂłn, no ofrece respuestas sino que plantea interrogantes. A travĂ©s de los ojos del artista-escritor contemplamos, entre otras, las imĂĄgenes alegĂłricas medievales, los estudios de la naturaleza de Leonardo da Vinci, los autorretratos de Aert de Gelder o de Rembrandt, los interiores de Vermeer, los paisajes de Bruegel, los rostros sin ojos de De Chirico, la pasiĂłn por la masa geomĂ©trica de Piero della Francesca o las soledades de Hopper. Y finalmente, sin apenas darnos cuenta, empezamos a ver los cuadros como si fueran personas.