J.J. O'Brien era una importante abogada que ejercía en Denver. Luke Remington era un ganadero, un hombre del campo. Cuando se conocieron saltaron chispas, y casi no pudieron esperar a casarse. Sin embargo, su matrimonio estaba destinado a ser tan breve como su noviazgo.
Solo llevaban casados una semana y J.J ya quería el divorcio. Luke estaba dispuesto a aceptarlo con una condición: que ella fuera a pasar tres semanas en su rancho. Tres semanas de vestir con vaqueros y caminar por la nieve. Pero la joven creía que ya había hecho todo lo posible por entenderse con él, y además, ¿no sería demasiado peligroso?