¿Qué fines debe perseguir una educación para la ciudadanía en las democracias actuales? ¿Qué y de qué manera pueden aportar las emergentes propuestas de educación del carácter, las tradiciones culturales de cada sociedad o las distintas religiones a la formación humana en un contexto plural como el que se presume en democracia? ¿Qué podemos aprender mediante una mirada retrospectiva sobre una legislación educativa, como la ley del 70, a camino entre la dictadura y la democracia? ¿Acaso puede ser la tecnología algo más que una amenaza para la convivencia democrática y el ejercicio de la ciudadanía, y percibirse como una verdadera oportunidad pedagógica? ¿Qué estamos haciendo en las aulas para promover la reflexión y las prácticas democráticas?
En un momento crucial como el actual, en el que se cuestiona la calidad misma de las democracias contemporáneas, con nuevas claves de interpretación y categorías de análisis como la postdemocracia, la democracia iliberal o la recesión democrática, resulta necesario plantearse la perenne encrucijada entre democracia y educación, y afrontar sus cuestiones más esenciales sin temor a la controversia como corresponde al pensamiento pedagógico y, más concretamente, a la teoría de la educación.
El libro ofrece al lector un conjunto de capítulos que abordan tales discusiones de manera directa, ocupándose no solo de aspectos circunstanciales y condicionantes, sino también de aquellos eminentemente esenciales, para un debate abierto e irrenunciable tanto de una educación como de una democracia que aspiren a estar a la altura de nuestro tiempo.