Karrie no podía negar que, en cuanto lo había conocido, se había sentido inmediatamente atraída por Farne Maitland. Sus fascinantes ojos azules y su poderosa masculinidad la subyugaron por completo. Y, además, como trabajaban en la misma empresa, todas sus compañeras se morirían de envidia cuando se enteraran de que estaban saliendo.
El tiempo que pasaron juntos fue mágico... pero los problemas empezaron cuando Karrie declaró que tenía la firme intención de llegar virgen al matrimonio. Puesto así, Farne solo tenía una posibilidad: casarse... ¡y lo antes posible!