"La presente obra integra el sentir de los autores al experimentar la necesidad de buscar alternativas que hagan más placentero el sentido de la enseñanza y el aprendizaje. La idea es sobrepasar el simple método experimental cartesiano para aventurarse a visualizar el rol del profesor en la educación y considerarlo como el facilitador de un proceso biopsicosocial. Por medio de ese proceso, las personas reinterpretan su entorno, modifican su comportamiento y desarrollan o adquieren nuevas formas de actuación e interacción social articuladas a su realidad contextual y territorial. Los autores consideran que con el juego cada nuevo conocimiento se incorpora de manera más sencilla sin importar el modelo mental del aprendiente y que aquello permite modificar las formas de actuación y decisión de manera continua, porque se aprende a lo largo de la vida.
Así mismo, proponen 'reencantar' el juego como un elemento dinamizador de la actividad docente y demostrar que la lúdica tiene implicaciones complejas y creativas en los procesos cognoscitivos para recuperar prácticas legadas por los saberes de las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas."