De niño huyó del seminario y diez años después de la Academia Naval. En ese momento se embarca como polizonte en Marsella y viaja al Extremo Oriente, para iniciar una vuelta al mundo y una vida irrepetible en el siglo XXI. Fue asistente de un arqueólogo alemán en el Cuzco; persiguió el tesoro de los Khmer en Angkor Wat, Cambodia; extrajo perlas en zonas prohibidas de Sarawak del Borneo; trabajó en el negocio del tungsteno en la bahía de Hudson; y finalmente al final de los años 40 del siglo pasado, buscó diamantes en la Amazonía venezolana. De esta última experiencia, se nutre la trama de Lolomai, publicada en los años 60 en Italia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Argentina, Holanda y Yugoslavia.