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Casas internacional 156: Viviendas colectivas

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Sobre la fugacidad. O por qué vivir bien no es una broma. La vivienda es un asunto que no tan solo concierne a los negocios inmobiliarios, sino a la reflexión más profunda sobre la arquitectura. Y los arquitectos, casi todos, en una alianza constante y sumisa con los dueños del capital, siempre están más atareados en buscar un beneficio económico para unos pocos y olvidan un compromiso social para muchos. La vivienda social, como la vivienda en general, podría repensarse desde unas cuantas condiciones que, por supuesto, no interesan lo más mínimo a los que opinan que el inmovilismo, o la otra cara de lo reaccionario que es el maquillaje moderno, es lo que importa para empujar el negocio por el que han venido al mundo. Todo por la pasta. La reflexión sobre la construcción de la vivienda es un asunto que concierne técnicamente a los arquitectos, aunque posiblemente lo podrían hacer mejor otros especialistas. Pero, el pensamiento sobre su condición cultural e intelectual está sujeto a los datos que obtenemos de la sociedad, de la historia y de las tecnologías. Es por tanto, un oficio topológico y transversal, apropiado a nuestra formación disciplinar contemporánea.