"¿Obedecer? No hay cosa que deteste más. Si tan solo pudiera mirar a los ojos y decirle lo que siento". Kranzu llega a la ciudad y la detiene el Storka, el lÃder de la banda ultra racista, quien en forma arbitraria traza une lÃnea en el suelo. Esa Imposición simboliza un grito de odio, esa lÃnea se vuelve el relato ensordecedor de una sola historia. Es asà como Kranzu y otros personajes a partir de Las flores quemadas descubren que sus relatos no sean silenciados. Pero ¿qué y cuánto están dispuestos a perder? Ellos eligen arriegarse, van hacia el otro lado de la lÃnea. Sigámoslos.