Mizuko: los niños del agua es una obra con una voz que se sostiene hasta el final; la voz siempre tiene algo interesante que decir y lo dice con trazos poéticos y desgarrados, tristes y severos a un mismo tiempo. El texto gira alrededor del aborto, tema que no ha sido tratado de manera tan directa en la literatura ecuatoriana, pero que, al mismo tiempo, responde a una tendencia literaria del país de literaturizar temas femeninos.
Se relatan varias historias de mujeres que abortaron por diferentes razones y se ahonda en su psicología y en las complicaciones de pareja. El texto trata el tema sin dogmatismos y profundiza en cada una de las circunstancias. La historia está salpicada de preocupaciones femeninas absolutamente verosímiles, como el amor-odio al hombre desde la mirada femenina, la turbulencia interior ante la nunca cómoda decisión de abortar o no hacerlo, o la autoestima basada en la apariencia física. Hay violencia psicológica, miedo, recelo, reproches, confusión.