Los hechos nos llevan a un pueblo donde sus habitantes conviven con distintas culturas de migrantes europeos, marcadas por estrafalarios hábitos de vida. Gracias a Rojo Redolés, ingresamos a este lugar perdido en el tiempo y en el espacio, cuyo realismo mágico nos transporta a cada situación narrada y a un abanico de personajes magistralmente labrados. Entre ellos, está Antonio Prokurakis Nicolaides.