Marta SalĂs ha reunido en El duelo de honor veintidĂłs relatos que, desde la corte de Varsovia hasta un remoto rincĂłn en las costas de Groenlandia, ilustran este peculiar recurso para resolver deudas y ofensas entre hombres amparados en una civilizaciĂłn que parece resolver, de este modo, su propia deuda con la brutalidad. El duelo puede tomar la forma de un juicio de Dios (Kleist), de una advertencia romĂĄntica (Pushkin), de un error fatal (MerimĂ©e, Dumas), de un extrañĂsimo despertar moral (ChĂ©jov), de una persecuciĂłn kafkiana (Conrad); puede incriminar a valientes y a pusilĂĄnimes (Maupassant, NabĂłkov), y dejar a los testigos y padrinos con dolorosos deberes (Teleshov, Schnitzler); o puede, sencillamente, simularse (Lapham) e incluso no celebrarse (Dickens, Crane, Twain). De la sorna caballeresca del almirante Marryat a la oscuridad casi erĂłtica de Vargas Llosa, los temas de esta antologĂa siguen vigentes.