Somos totalmente dependientes de los materiales, la opción de no usarlos ocurre en escasísimas oportunidades. Cada materia prima que usemos tiene su impronta ambiental. La idea es conocerla. El desafío para los desarrolladores de eco-productos es cubrir una necesidad o brindar un beneficio al cliente / usuario al más bajo "costo" ambiental, social y económico. El conocimiento de lo ambiental debe implementarse desde los pasos iniciales de un proyecto, caso contrario las demandas ambientales no serán atendidas adecuadamente y luego habrá que remediarlas. Se puede presumir que todos estamos alertas acerca del valor económico relevante de la mayoría de las funciones que nos rodean pero estamos totalmente desprevenidos de los correspondientes costos/ impactos / valores ambientales. Esta información, entonces, resulta necesaria sea que comparemos materiales entre sí a la hora de elegir el más adecuado, como para desaconsejar el uso de ciertos procesos o recubrimientos en el marco de un proyecto.