Dibujos

El dibujo permite, captar ideas arquitectónicas, conceptuales, esenciales, culturales, tecnológicas, con gran ajuste y forma precisa. En los dibujos la creatividad se ve más libre, a veces, sobre todo en las fases iniciales donde tiene una cierta situación cuasi desembarazada con respecto a condiciones reales inmediatas. Creo que en todos, el dibujo es la forma de explorar la intuición, la ideación y verificar su grado de posible formalización. Es una pieza de estudio y parte inseparable del proceso de diseño. Los dibujos son como las ideologías de sus autores, piezas relativas y por ello se pueden desglosar la diversidad de tendencias, ideas, planes de acción sincréticamente comprometidos en el dibujo. En mi obra gráfica aparecen las influencias del naturalismo descriptivo y el detalle de Wright, con visiones desde el suelo con visión de hormiga o aéreas con visión de pájaro, que permiten describir organizaciones volumétricas espaciales, vale decir la morfología y la topología, como los principios estructurales de la obra en proceso de formalización a partir de una idea esencial pues, a diferencia de Wright, la expresión de conjunto depende de esas estructuras y de principios geométricos y los detalles no tienen la misma importancia que el todo. El detalle cuando no nace de la idea esencial me parece más bien propio del trabajo de joyero, del artesanado que mi generación desde 1970 ha visto desaparecer en el campo productivo de la construcción o mantenido en obras de gran costo que no ha sido mi mercado de trabajo (centrado en viviendas económicas u obras públicas con magros presupuestos). Pero, como en Wright, el dibujo trata de cristalizar ideas exploradas e investigadas. El dibujo intenta crear la base del orden con los que la arquitectura ejecutada puntualmente y como fragmentos torna un mundo caótico y nuestro caos de periferias magmáticas en un todo inteligible que nos identifique y oriente, que restituya centralidad en un mundo descentrado, centrifugo y plural. Pero es un intento a renunciar a la resignación por unas estructuras urbanas estalladas y pobladas por la especulación inmobiliaria. Dibujar racionalmente y pasionalmente la arquitectura para ver algo de lo poco que podemos hacer y debemos hacer para una realidad mejor.