En 1917, Alemania era un paĂs derrotado, que afrontaba las duras compensaciones de guerra impuestas por el Tratado de Versalles, la crisis econĂłmica mundial y la propia depresiĂłn de sus ciudadanos.
Weitz relata, en forma de paseo por el BerlĂn de entreguerras, estos altibajos polĂticos y econĂłmicos en un ambiente de efervescencia cultural: arquitectos como Gropius, escritores como Brecht o filĂłsofos como Heidegger crearon durante esta ĂŠpoca sus trabajos mĂĄs importantes, rodeados de una vanguardia que propugnaba la utopĂa o la refundaciĂłn completa de la sociedad.
Esta vĂvida evocaciĂłn de Weimar, mĂĄs pertinente que nunca en la coyuntura econĂłmica y polĂtica actual, narra al fin cĂłmo una sociedad culta e informada, pero humillada y confundida, pudo dejarse atrapar por el populismo nazi y poner su destino en manos de Hitler.