Berto Romero Tomás (Cardona, 1974). Tiene un hijo, Lucas (un año). Es humorista profesional, pero su verdadera pasión es inseminar mujeres, hobby al que ha dedicado toda su vida. Extremadamente perfeccionista y autodidacta, sólo lo ha conseguido en una ocasión, tras una larga trayectoria de pruebas y experimentos fallidos, la mayoría de ellos llevados a cabo en solitario, en el cuarto de baño. Actualmente dedica la mayor parte de su tiempo a sacar juguetes pequeños de los cajones de la ropa y de detrás de los radiadores, tarea que compara en importancia y misticismo a la de los zahoríes que buscan agua con un palo. Suya es la frase: «Duérmete, por el amor de Dios.»