Cuando conocí a mi vecina supe que era cierto, a menudo, la realidad supera a la ficción y encuentras vidas como la de ella, repleta de secretos y heridas que van quedando interiorizados para no gritar, para ser valiente. Quiso creer que eran solo pesadillas, pero sus diarios demuestran que todo fue verdad. Un libro estremecedor, cada capítulo más turbador que el anterior, lleno de canciones que comparte con los lectores mientras va narrando su infancia y adolescencia, los primeros encuentros sexuales y cómo la vida, en cada paso que daba, la ponía a prueba, la hundía y le demostraba que la mala suerte existe. A medida que avanza, te demuestra que las pancartas y gritos del presente son los silencios de su pasado. Una historia que no dejará indiferente a nadie y que revela cómo afecta la violencia a una mente frágil.