Un joven acólito sufre una extraña enfermedad –o maldición– debido a la cual su cuerpo cobra, lentamente, la textura de una roca; de la mano de una joven japonesa, un turista mexicano visita un pequeño pueblo costero en el que participará de manera inesperada en un rito ancestral; un loro atormenta sin misericordia a un oficinista enamorado. Los personajes de los relatos contenidos en Señales distantes parecen asegurarnos que ahí donde existen los más profundos dolores y obsesiones humanas, se abre una puerta donde tiene lugar lo extraordinario.
Después de la notable recepción de Ausencio, su primera novela, Antonio Vásquez vuelve a sorprendernos con una colección de cuentos en la que además de ofrecer los esbozos de una geografía personal a la manera de Onetti y Faulkner, rinde tributo a una de las más destacadas vertientes de la tradición literaria hispanoamericana: la literatura fantástica. Sin embargo, lo fantástico en los cuentos de Vásquez no se presenta como un puñado de actos mágico-folclóricos, sino como una forma de ver y sentir el mundo, como el hilo mítico que conecta nuestras íntimas muertes y resurrecciones cotidianas con el misterio de la creación: el ciclo del origen de la vida y su inevitable destrucción.
Julieta Venegas, sobre "Ausencio": "¡Libro impresionante! […] Vásquez escribe maravillosamente bien. […]el nivel de este escritor joven es alucinante. El tema de la herencia del padre llevado a un lugar muy fuerte. Y de la fragilidad, y de la tristeza, y el de perderse, es un libro realmente oscuro, a momentos me hizo ver a Buñuel, y otras el infierno. Es una maravilla, y lo pongo en mis favoritos, además de recomendar mucho, mucho a este escritor llamado Antonio Vásquez"
Roberto Pliego, Milenio: "Fantasmales son los escenarios del centro de la Ciudad de México, de sus parques, calles y cantinas, y aún más fantasmales los del poblado cercano a la capital oaxaqueña —estación de partida y también de último arribo— que ha dejado de mirar hacia adelante. Constructor de insomnios y temblores, Vázquez ostenta el ritmo y la paciencia suficientes para conducir a su protagonista hacia la indigencia espiritual y sumarlo a la corte de almas en pena que se multiplican a medida que avanza la novela."
Jorge Quezada, Chilango: "Ojalá que en el futuro Antonio Vásquez siga publicando. Ausencio (Almadía), su primera novela, trata sobre la gestación del mal en el seno familiar y refleja la influencia de novelistas de la talla de Malcolm Lowry, Juan Rulfo y Juan Vicente Melo."