"Probablemente, conocer con profundidad a alguien es el mayor misterio del universo, una utopía que, como tal, estamos condenados a querer habitar".
La pluma de una escritora navega por las turbias aguas del dolor luego de perder a su esposo tras una larga enfermedad. Acaso, los avatares de la propia vida en su etapa menos deseada. Sin embargo, un interrogante todavía la aguarda: ¿cuánto más oscuro puede ser el abismo cuando la nostalgia de un pasado oculto se empecina en salir a flote?
A partir de allí comienza un largo camino de incertidumbre, acompañado de una extraña disyuntiva: el qué hacer ante un mundo que se cae cuando todavía no ha nacido uno nuevo.
El invierno de nuestras vidas es más que el retrato de un dolor lacerante. Es una inmersión de los engranajes personales a través de la escritura, un testimonio sin reglas de la exploración de los límites de lo literario y, tal vez, lo más inquietante de todo: una prueba de cómo las personas, en su anhelo de seguridad, no ven la trampa en la que cotidianamente se refugian.