Sofí a y Maddi viven en el mismo barrio, juegan en el mismo parque y van a la misma escuela. Pero mientras que la nevera de la casa de Sofí a está siempre llena, la de Maddi siempre está vací a, completamente vací a, con solo un cartó n de leche.
— ¿ Por qué tu mamá no va al mercado? — pregunta Sofí a.
— Porque no tenemos suficiente dinero.
— ¿ Y qué pasa si les da hambre?
— Tenemos un poco de pan — dijo Maddi— .
Por favor, no se lo digas a nadie. Sofí a le promete a Maddi que no dirá nada, pero se propone ayudar a su mejor amiga. Esconde comida para llevarle a Maddi en su mochila, y pronto descubre que, aunque el pescado y los huevos son buenos para los niñ os, no lo son para las mochilas. Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones y esfuerzos de Sofí a, la realidad es que la nevera de Maddi continú a vací a.
Sofí a prometió no decir nada. ¿ Qué puede hacer entonces?