"Las pĂĄginas de Haidu Kowski curan o lastiman. O pueden incluso provocarnos ambos abismos emocionales al mismo tiempo. Sus personajes se hamacan entre la fiesta y la tragedia. Se lanzan. No se detienen nunca. No quieren hacerlo. Saben que la cuerda debe tensarse un poco mĂĄs. Siempre debe tensarse un poco mĂĄs para que la vida valga alguna pena" (Federico Jeanmaire).
Pero ElĂas es tambiĂ©n Eliahu, el niño que muriĂł en Polonia, el amado de la Bobe. Ese amor violento con gusto a pepinos agridulces lo conecta con un pasado feliz que nunca viviĂł, en el que la soledad no existe, pero sĂ el exilio, pero sĂ la ShoĂĄ.
El ejercicio de perder habla sobre la desesperaciĂłn de un hombre por salvarse, pero tambiĂ©n sobre una Ă©poca de amor lĂquido e incomunicaciĂłn. En este contexto, surge un nuevo lenguaje de bienestar ansiolĂtico fundado en la certeza de que no tener nada que perder es una forma de meditaciĂłn, el alivio que darĂĄ origen a la mitologĂa del futuro.