Es una muestra esplĂ©ndida de la vanguardia literaria chilena de la primera mitad del siglo XX. Juan Emar, su autor, emplea en el relato un conjunto de elementos formalmente figurativos, a partir de los cuales lleva a cabo una dislocaciĂłn extrema del tiempo, el espacio y el sentido. Se genera asĂ una antirrealidad donde lo onĂrico, lo metafĂsico y lo simbĂłlico permiten instaurar un nuevo estatuto de verosimilitud.