A finales del siglo xvi, Roma era una ciudad marcada por la pobreza generalizada: mendigos, prostitutas, delincuentes y muchos huĂ©rfanos. En este contexto, los niños eran los mĂĄs vulnerables, porque sufrĂan las consecuencias de una alimentaciĂłn insuficiente, abandono de los padres, insalubridad, trabajo infantil y la imposibilidad de asistir a la escuela. Como consecuencia habĂa una alta mortalidad infantil. La deplorable situaciĂłn de ignorancia en que vivĂan muchos niños despierta en Calasanz la convicciĂłn de que la educaciĂłn es el medio mĂĄs eficaz de promociĂłn social de los pobres y de reforma de las costumbres en la sociedad. Poco a poco descubre una vocaciĂłn pedagĂłgica que, perfectamente integrada en su vocaciĂłn religiosa, se mantendrĂĄ sin desfallecimiento durante toda su larga vida. La reflexiĂłn pedagĂłgica de Calasanz se ha ido construyendo desde la experiencia diaria de las aulas y dando respuesta a los problemas y necesidades que iban surgiendo en contacto con la realidad de los niños.Este libro estĂĄ dirigido especialmente a los educadores que buscan dar mayor profundidad a su trabajo en la escuela, que quieren crecer en identidad y descubrir que la educaciĂłn es una vocaciĂłn que hay que cuidar y hacerla crecer. OjalĂĄ estas reflexiones puedan ser usadas en la formaciĂłn de los educadores, para que, conociendo a Calasanz, se identifiquen mĂĄs con el proyecto escolapio.