El conocimiento no exime del sentimiento. Y es que puedes saberte la teoría, pero no saberlo llevar a la práctica. Una vez leí que lo peor no es la oscuridad, sino saber dónde está el interruptor y no tener el valor de pulsarlo.
Esto no es un poemario cualquiera. Es una ventana abierta a mi corazón, a mi alma. En sus páginas derramo sangre; sudor y lágrimas, de tristeza y alegría. Hablo sin tapujos de sentimientos y pensamientos a los que me enfrento, a los que nos enfrentamos, a los que escondemos por miedo o vergüenza. Una montaña rusa de sensaciones.
Esta es mi historia, mi oscuridad, mi interruptor, y mi lucha por encender la luz. Disfruten la visita por mi caja de Pandora.
AmárRamé no es un poemario cualquiera. Es una ventana abierta al corazón y al alma de una joven que derrama sobre sus páginas sangre, sudor y lágrimas; de tristeza y alegría. En él habla sin tapujos de sentimientos y pensamientos a los que se enfrenta, a los que todos nos enfrentamos alguna vez en mayor o menos medida y de los que nos escondemos, por miedo o vergüenza.
Verso a verso, Nerea Lorenzo documenta su espiral autodestructiva en las garras de la anorexia, el punto de inflexión que supuso su internamiento hospitalario y su valiente lucha de vuelta a la vida. Su reto: visibilizar un trastorno estigmatizado que afecta a un 5% de la población adolescente, y ayudar a otros jóvenes a sentir que es posible superarlo, que no están solos y que son mucho más fuertes de lo que creen.