Cuerpos que conciben. Cuerpos que crecen. Cuerpos que envejecen. Cuerpos que se rompen y sanan. Cuerpos que no olvidamos. Los cuerpos que deben ser cuidados y que cuidan. Nuestros cuerpos y sus cuerpos.
Conmovedora por su honestidad, bella por su proximidad, única por su humor, la escritura de Ana María Shua es también cuerpo recordado y recreado. El asombro y la agitación en el descubrimiento; la dignidad y el esfuerzo en la superación; el dolor y el amor en el duelo conviven con una mirada lúcida y una literatura cómplice, donde el síntoma, la herida o la cicatriz son un canto a la vida.



















