Escondidos en los rincones más inesperados, incluso entre los pliegues de nuestra piel, allí donde nadie advierte que existen, microscópicos monstruos tienen su universo. Vigila, debes estar atento. No sabemos de qué se alimentan o qué cosas pueden hurtar. El niño de esta historia fue víctima de sus artimañas y se vio envuelto en tales problemas, que además de su buen nombre, ¡casi pierde el año escolar!