Amulius y Numitor, los dos primeros reyes de Roma, deciden viajar a la pampa argentina en busca de lo bueno y de lo bello.
Se encuentran, en su recorrido por el Río de la Plata, con un sinnúmero de insólitas hazañas y desventuras que combinan lo mágico con lo imposible.
Hazañas y desventuras de Amulius y Numinator es un relato inteligente, de lectura rápida y divertida, que desgrana un extraordinario compendio de breves historias.
Microrrelatos, de un humor exquisito, donde nadie se podrá aburrir jamás.
"En este libro Hazañas de Amulius son desventuras para Numitor; y las Hazañas de éste, son desventuras para aquél. Victorias y derrotas romanas. Bendición y maldición de los dioses romanos para todos sus hijos.
La curiosidad y el aburrimiento arrojan a dos reyes de Alba Longa, con sus valijas repletas de virtudes y miserias, a los paisajes visibles e invisibles de La Pampa. Como si algo nuevo hubiesen visto en sus sueños. Algo propio de la construcción y destrucción del mundo. Llegan a ver y recordar; a ver y olvidar; a amar y traicionar.
A medida que leemos confirmamos de dónde vino Voltaire, Macedonio Fernández, Borges, Góngora y Quevedo. Que no vinieron de lo hecho por uno, sino la conversación, silencio o discreción de dos hambres de mundo: las de Amulius y Numitor. De aquí, también vino Marco Polo, Cristobál Colón y sus Imitadores y Seguidores.
Dos intercambiables formas de ver, sentir, nombrar, hacer y pensar. Dos singularidades el poder, la autoridad, la comunidad y la ruina. Los porvenires de la humildad y la ambición. Amulius, el eterno crimen; Numitor, la eterna ingenuidad. De ellos viene la ambigüedad occidental. En éste, la antigua creencia en la inocencia de lo bello; en aquél, la silenciosa y subterránea desconfianza en lo bello, a favor de lo práctico y simple. La Obra hecha contra la Obra Natural. La vieja oposición entre Paisaje y Naturaleza. La imposibilidad de lo complementario como sostén de la vida. Por eso el crimen, el desdén, la preferencia como destrucción de lo otro y del Otro.
Y La Pampa, ese lugar donde viven sin convivir lo posible y lo imposible, lo bello y lo no visto, la violencia y la inocencia, el encanto y su ausencia, viene a ser para estos reyes, para este simulacro de Caín y Abel, para esta profecía de Rómulo y Remo, el lugar que le faltaba a sus vidas en esa región llamada Alba Longa.
El poeta Ricardo Rojas, cuya extraña fascinación por semejantes personajes, no nos debe sorprender, "surfea", como hace toda persona alegre, en las olas que van dejando semejantes personajes a medida que se adentran, fascinan y decepcionan en La Pampa. Y su tabla es el humor y la sátira, esos descendientes de la risa y la humildad.
Agradezco a Numitor que me haya visto. A Amulius, como siempre, su indiferencia. Eso fue Roma y sus hijos: disciplina y descuido. Soy el lector que predijo el primero, en Alba Longa, su reino: Soy Nadie. Soy Aún. No sé si hoy es mañana. Lo sigo pensando. Quizás no sea el momento de venir y todo sea culpa del Sol" (Alexis Romero).