Diego Barros Arana fue un historiador y educador chileno del siglo XIX, cuyo legado mĂĄs importante fue la monumental obra titulada Historia General de Chile, escrita en 16 volĂșmenes entre 1884 y 1902. Comprende desde la Ă©poca precolombina hasta 1833.
La obra estĂĄ realizada en base a los documentos de archivos privados y pĂșblicos, que Barros Arana conociĂł y coleccionĂł a lo largo de dĂ©cadas, hasta que iniciĂł la redacciĂłn de su Historia General en 1881.
Este primer tomo relata los orĂgenes de los antiguos habitantes de Chile y llega hasta las Ășltimas campañas y la muerte de Pedro de Valdivia.
La idea de escribir una historia general del paĂs se gestĂł tempranamente en Diego Barros Arana. Ya en su introducciĂłn a Vida y viajes de Magallanes, publicada en 1864, habĂa confesado que llevaba muchos años trabajando en una obra general.
El autor sintiĂł la necesidad de contar la Historia general de Chile, debido a las deficiencias de la historiografĂa disponible en su Ă©poca. Barros consideraba que la historia chilena estaba por construirse en casi todos sus perĂodos y temas, y que la ausencia de narraciones no estaba determinada por la falta de materiales, sino por la falta de interĂ©s para emprender un trabajo extenso, complejo y crĂtico.
En palabras del propio autor:
Este trabajo incesante, que podrĂa parecer en exceso monĂłtono y abrumador, ha sido para mĂ el mĂĄs grato de los pasatiempos, el alivio de grandes pesares, y casi podrĂa decir el descanso de muchas y muy penosas fatigas.
El texto definitivo de la Historia general de Chile estĂĄ organizado en 16 tomos que abordaban grandes Ă©pocas: Los IndĂgenas; Descubrimiento y Conquista; Afianzamiento de la Independencia y OrganizaciĂłn de la RepĂșblica.
Se trataba de practicar una investigaciĂłn histĂłrica bien distinta a cĂłmo la habĂan efectuado ciertos cronistas hasta el momento. En la presentaciĂłn de la obra, Barros Arana explica que asumiĂł el mĂ©todo narrativo para escribir su obra, siguiendo la recomendaciĂłn de AndrĂ©s Bello.
Los sucesos estĂĄn ordenados e investigados con prolijidad y claridad, anotĂĄndose con precisiĂłn su filiaciĂłn y contenido. Esta exposiciĂłn ordenada y cronolĂłgica era garantĂa para esclarecer los hechos de una forma objetiva y rigurosa.