En La mística del instante, el padre José Tolentino Mendonça defiende los sentidos del cuerpo como "grandes entradas y salidas" de humanidad y fe.
Esta perspectiva, apoyada por la "narrativa bíblica", contradice una interpretación muy extendida según la cual el misticismo es una "práctica elitista que consiste en desconectarse del mundo para volver a entrar en el espacio interior".
Evocando al teólogo Karl Rahner, para quien "el cristiano del futuro será místico o no será", el padre Tolentino argumenta que "el cuerpo es la lengua materna de Dios" y la vida es el espacio que "nos permite reconocer en cada instante", por precario y escaso que sea, la "reverberación de los pasos de Dios mismo".
Una lectura indispensable para todo cristiano.