El tratamiento del cuerpo dentro de las artes ha estado presente, desde la antigüedad, con distintas connotaciones. En Ecuador, desde las primeras novelas realistas, el cuerpo ha tenido un protagonismo que ha simbolizado, principalmente, la tierra: su apropiamiento o su vulneración; por ejemplo, en J. León Mera, Jorge Icaza, Miguel Riofrío. En la actualidad la novela ecuatoriana que más reconocimiento tiene, dentro del mercado literario, es la escrita por mujeres; por este motivo se ha hablado de un Boom de escritoras ecuatorianas que podría surgir de un mercado oportunista para vender al libro desde la autora; o podría surgir de una mirada reivindicativa para las escritoras, como consecuencia del auge de la cuarta ola feminista. Sin embargo, algunas de las escritoras que están dentro del llamado Boom —como Ojeda o Ampuero— lo consideran injusto e insuficiente, ya que siempre ha habido escritoras publicando y también porque faltan escritoras que aún necesitan publicidad y ser leídas. Una de las finalidades de este trabajo es, precisamente, promover la crítica literaria de las escritoras contem- poráneas para rescatar y dejar en evidencia el valor artístico de la obra, en este caso de la novela Nefando de Mónica Ojeda.
El objetivo de la presente publicación es exponer la importancia de Nefando de Mónica Ojeda como una novela con carga artística y discursiva potente, a través de los motivos de la violencia sexual, el cuerpo, la memoria, el lenguaje y de los recursos poéticos como el ritmo, los símiles y las metáforas.