Historias de un editor

En el mundo editorial, como en todos los mundos, siempre es posible que aparezca en un reducto ese alguien que brille con luz propia, con una luz potente, sujeta a unas leyes dictadas por la mera vocaciĂłn de servicio, por el altruismo. No hace falta llamarse Don Quijote. SĂ­ hace falta querer, con en