En las historias de Lara Steele, el erotismo se vive como una verdad íntima, profunda, que transforma a quienes se atreven a explorarla. Con su estilo elegante y provocador, la autora teje relatos donde la entrega emocional y corporal se confunden hasta crear un vínculo casi sagrado entre dominación y placer. En Mi Esposa Sumisa, una mujer cuenta cómo, tras años de matrimonio convencional, descubre junto a su marido el universo secreto de la sumisión consensuada. Lo que comienza como un juego tímido —esposas, posturas, órdenes suaves— se convierte en una educación erótica tan intensa como absorbente, moldeando su cuerpo y su mente para obedecer a su Amo con una devoción que la sorprende a ella misma.
La escena inicial, donde se presenta ante un invitado desconocido con falda corta, top de látex y un collar con su nombre, es un ascenso lento hacia la humillación elegida, aquella que alimenta las fantasías del marido y despierta en ella un placer tan nuevo como inquietante. La llegada de Arnaud, el dominador invitado, marca un punto de no retorno: ahora deberá someterse a dos hombres, sin resistencia, sin voz, sólo entrega. Una narración oscura, íntima y magnéticamente erótica que deja al lector al borde del vértigo.











