Cuando hablamos de las emociones, rápidamente tenemos la sensación de que las emociones son algo de lo que debemos desconfiar, que las emociones deben mantenerse a distancia, y que para pensar seriamente, no deberíamos estar perturbados por las emociones.
¡Qué error! Fundamentalmente necesitamos nuestras emociones para vivir, necesitamos estas emociones para ser inteligentes, necesitamos nuestras emociones para comprendernos a nosotros mismos y para comprender el mundo, porque las emociones son como pequeñas señales de alerta que sentimos en nuestro cuerpo; porque las emociones se experimentan primero en nuestro cuerpo, como señales de tráfico que nos dicen "cuidado con el giro a la izquierda, el giro a la derecha, calle de sentido único o calle sin salida".
Toda esta información nos permite en cada momento de nuestras vidas adaptarnos y ajustarnos.